Va por ti, Demente!

Hace algún tiempo, un spot publicitario sobre la campaña de renovación de abonos del Club Atlético de Madrid popularizó la frase «El corazón entiende de razones que la razón no entiende». Y debo recurrir a ella para poder empezar a explicar (no estoy seguro de poder) cómo una afición entendida en baloncesto, con tradición y, como no, paciencia infinita sigue apoyando con su presencia a un equipo como es este Movistar Estudiantes.

Y no, este no es un post para hablar del Estudiantes. Mucho podríamos escribir de su mala gestión en los despachos, de la mala planificación de la temporada, del poco o nulo criterio a la hora de hacer fichajes… pero todo ello sería escrito desde la irritabilidad de este «demente» que suscribe estas líneas con desolación y un enfado más que justificado.

Mi post va para todos aquellos, para mi hermano Mario, para mí mismo… que, cada dos domingos, acudimos al Palacio de la Deportes de la Comunidad de Madrid con «la chilaba remangada y luciendo el calzoncillo». Y sí, me gusta el baloncesto. Y mucho. Soy un enamorado de la Euroliga, de la dirección de juego de Teodosic, de las asistencias de Sergio Rodríguez, del pundonor y garra de Felipe y de las bombas de Navarro. Del imperial Pau Gasol y del mayúsculo Marc. De Jordan, Magic y Bird…. entonces, ¿qué hago cada dos semanas yendo a ver al Estu, equipo en las antípodas de lo que supone jugar bien a esto de la canasta?

Pues he aquí el motivo por el cual empezaba con la famosa frase. Porque cuando tienes algo dentro del corazón, la razón jamás entendería seguir animando al Estu tras cosas como estas:

• Si has visto perder partidos a tu equipo porque Alberto Herreros ha fallado el triple decisivo y, años después, ves cómo los mete con el máximo rival y le hace ganar una liga.

• Si has visto fallar tiros libres a Felipe Reyes que suponía perder un partido y, años después… en fin.

• Si has visto en tu equipo a Potapenko… y dejaste de verlo de la noche a la mañana.

• Si has visto en tu equipo a Louis Bullock, de vuelta de todo.

• Si has visto como tu equipo repescaba a Morandais.

• Si has visto jugando y disfrutando a niños, niñas, adolescentes y personas con discapacidad en los partidos del equipo ACB, sin envidiar lo guapas y espectaculares que son las cheerleaders de los demás equipos.

• Si has madrugado para ir al Madrid Arena para ver jugar a Walter Russell Junior.

• Si viste perder una liga en un quinto partido y lo celebraste como si la hubieses ganado.

• Si has visto irse a gente válida como Blake «Bombillo» Ahearn, Caner-Midley, Simpson, Carl English, Germán, Pancho, «Folladori», Will «Burger King»… y les has despedido con tristeza y ovacionado con cariño cuando volvían a jugar como rivales.

• Si has visto y sufrido en tu equipo a «Antonio» Wright y sus -19 de valoración.

• Si has visto cómo el mopero de tu equipo no tiene un triste «palo» para la mopa y tiene que doblar el lomo para poder secar el sudor de la pista.

• Si ves cómo se prometen fichajes que jamás llegan porque pasan de venir o vienen para dos semanas y se largan.

• Si ves, hoy día, cómo sigue jugando Brandon Thomas.

• Si sigues esperando la explosión de Vicedo y Guerra.

• Si viste (y animaste) a Jiri Welsch.

• Si te has comido una palmera blandurria en la Cantina del Magata.

• Si viste (o no) jugar a Marc Blanch y Pep Ortega.

• Si gozaste (ironía) con el yo-yo de Luis Flores….

• Si has esperado años y años la explosión de Carlos «Chimpa» Suarez, hace una par de temporadas buenas con tu equipo y, tras esto, se larga. ¿Dónde?…no preguntes.

• Si has visto cómo la directiva de tu equipo no es capaz de hacer frente a los pagos de las nóminas de jugadores como Granger, Nogueira, Germán, English…

• Etc…

Si tras todo esto sigues, como sé que sigues, cada dos domingos acudiendo al Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid para animar a tu Estudiantes… amigo/a, para mí eres un héroe. Y por eso te dedico estas líneas de admiración, desde el entendimiento y la complicidad del que sufre a tu lado y ha gritado en alguna ocasión (de manera real o mental): «Estu, el próximo día te va a venir a ver TU PUTA MADRE… Y YO».